En la base de la pirámide están los alimentos que se pueden y deben consumir diariamente. Ahí están las patatas, cereales y sus derivados, verduras, hortalizas, frutas, leche y sus derivados, y por último, también como novedad, el aceite de oliva. Después, aparecen los que deben tomarse alternativamente varias veces a la semana, son las legumbres, frutos secos, pescados, huevos y carnes magras. Por último, en la cúspide, se encuentran los alimentos que sólo hay que comer de forma ocasional, concretamente carnes grasas, pastelería, bollería, azúcares y bebidas refrescantes.
No basta con comer bien. El buen estado de salud no depende exclusivamente de los hábitos gastronómicos, es necesario acompañar una dieta equilibrada con ejercicio, dedicándole al menos 30 minutos al día. Y en cuanto al agua, se aconseja beber una cantidad nunca inferior a dos litros diarios.
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